Coincidiendo con la solemnidad de Cristo Rey, más de 1.000 miembros de hermandades y cofradías se dieron cita este domingo en Jumilla para celebrar las Jornadas Diocesanas de este año.
Jumilla acogió el domingo 20 de noviembre las XIX Jornadas Diocesanas de Hermandades y Cofradías, con más de un millar de inscritos que, procedentes de casi 20 municipios, acudieron a la cita para representar a sus cofradías.
Abarán, Alcantarilla, Archena, Calasparra, Caravaca de la Cruz, Cartagena, Ceutí, Cieza, Las Torres de Cotillas, Lorca, Molina de Segura, Murcia, Ricote, San Pedro del Pinatar, Santomera, Totana y Yecla fueron las localidades representadas, además de Jumilla, anfitrión de las jornadas de este año.
El día comenzó en el atrio de la Parroquia Mayor de Santiago con la acogida, donde los asistentes fueron recibiendo sus acreditaciones, una mochila personalizada y un cartel por cada municipio, que utilizarían a lo largo de la jornada. Seguidamente, pasaron a la Plaza de Arriba. Después de un tiempo dedicado al libro de firmas de las jornadas, donde firmaron los representantes de las cofradías, hizo su entrada en la plaza el Cristo Amarrado a la Columna –el Amarrao–, precedido por su Cuerpo de Armaos. En esa misma plaza, tuvo lugar un encuentro entre el Cristo y Nuestra Señora de la Amargura, que aguardaba en su trono.
Concluido el encuentro, dio comienzo un breve acto de bienvenida. En él intervino Antonio Ramos, presidente de la Junta Central de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Jumilla; la Sra. Dña. Juana Guardiola, alcaldesa de la localidad, y el Rvdo. D. Silvestre del Amor, delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, que subrayó el carácter fraterno de este evento: «El hermano que es ayudado por otro hermano es como una ciudad amurallada, y eso es lo que pretenden estas jornadas». El delegado también resaltó la necesidad de caminar juntos: «la Iglesia, si no es sinodal, no es Iglesia. Y este es el hacer de las cofradías: que caminemos todos juntos tras Jesucristo, porque esto no es solo un encuentro con Jesús; es seguirlo. Por eso vuestras procesiones son verdaderamente un seguimiento de Cristo, un modo de evangelización; un poner el Evangelio en la calle».
A continuación, iniciaron una procesión de peregrinación donde los asistentes, con los carteles que identificaban sus municipios y los estandartes de sus cofradías, recorrieron las calles de Jumilla junto con el Cristo Amarrado a la Columna y la Santísima Virgen de la Amargura, que cerró la procesión. El itinerario terminó en el Jardín del Rey Don Pedro I, donde estaba todo preparado para celebrar la Eucaristía.
Una celebración presidida por el obispo de Cartagena
La celebración, que reunió a más de 2.000 personas, fue presidida por el obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes. En su homilía, el prelado recordó que Cristo es rey, pero lo es en la cruz. «En su vida pública, había gente que quería hacerlo rey, pero Jesús huía de aquello. No quería que se le identificara con ningún tipo de protagonismo en ese sentido. Su protagonismo era otro. Era la humildad, la sencillez, pasar oculto y, al mismo tiempo, darle significación a lo que tenía importancia realmente: su Palabra, que es la que nos va a ayudar a reconciliarnos con Dios y acercarnos al misterio de su amor».
«Solamente cuando está clavado en la cruz vemos cómo Jesús reina de verdad sobre nuestras vidas. La plenitud de su realeza está precisamente en la entrega, porque desde la cruz está consolando, perdonando, curando; está dando testimonio, haciendo el bien», dijo el obispo, para recordar que, en los brazos abiertos de Cristo en la cruz cabemos todos. «Desde lo más alto de ella nos abre una puerta a la esperanza, a la vida, y nos está diciendo que hay salvación para nosotros, para todos».
«Vosotros conocéis perfectamente el misterio de la presencia de Jesús en medio de nosotros, porque sobre vuestros hombros pasea por las calles de todos los pueblos y ciudades de la Región. Y conocemos el rostro de Cristo; de mil caras, pero es el mismo rostro el que nos está llamando a todos a la alegría, a la compasión, a servir y a vivir con ilusión esta esperanza que nos regala el Señor», dijo Mons. Lorca Planes a los cofrades, para concluir: «Que todos y cada uno de los cofrades, de los hermanos de las hermandades; todos los que estáis aquí, que vivís con pasión la Pasión de nuestro Señor en Semana Santa, os veáis confortados, y sea un día de encuentro gozoso, pero al mismo tiempo de pedirle al Señor que, pese a las dificultades, sepamos vivir la caridad, estar cerca de quien lo necesita».
Abarán, próxima sede de las jornadas
Después de la Misa, que estuvo acompañada por los cantos de la Coral Jumillana Canticorum, se celebró una comida de hermandad en los Salones Pío XII con una asistencia de casi 400 personas. Allí, el obispo anunció la sede de las próximas Jornadas Diocesanas de Hermandades y Cofradías, que será Abarán.
La jornada estuvo precedida el día anterior por una serie de actividades preparadas por la Junta Central de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Jumilla, donde los participantes pudieron adentrarse en la semana de Pasión jumillana a través de las distintas visitas planificadas, disfrutar de unos momentos de convivencia y adelantar ese compartir entre cofradías que se viviría al día siguiente.