Nuestra Delegación de Hermandades y Cofradías

Las hermandades y cofradías son mucho más que tradición. Históricamente, han constituido la más importante y extendida manifestación del fenómeno asociativo de los laicos, y forman parte de la vitalidad de la Iglesia.

Como organizaciones de apostolado seglar, deben ayudar a sus miembros a escuchar la palabra de Dios, a ser constantes en la oración, a ejercer el ministerio de la caridad, a una más activa participación de la vida litúrgica y, en definitiva, a seguir 

juntos a Cristo con un dinamismo que, gracias a la piedad popular, hace visible nuestra fe con una fuerza especial en medio del mundo. 

La Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías está ahí para ayudar a estas asociaciones de fieles a perseverar en su misión, acompañarlas en su camino de fe y ofrecerles los recursos de pastoral, formación y asesoramiento que necesiten.

Como consecuencia del impulso renovador del Concilio Vaticano II, brotó en el seno de muchas Hermandades y Cofradías de nuestra Diócesis un decidido y sincero deseo de adaptación y coherencia que la Iglesia no cesa de promover, consciente de que, además de sus misiones más tradicionales y específicas que ya cumplen, deben ir un paso más allá y fomentar aquellas que son esenciales en toda comunidad cristiana.

Para potenciar ese dinamismo, el 2 de octubre de 1989 (Ref. Salida 1257), el Excmo. y Rvdmo. Monseñor don Javier Azagra, el entonces obispo de la Diócesis de Cartagena, constituyó el Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías, fruto de los Congresos Regionales celebrados en años anteriores en varios municipios de nuestra Diócesis, entre los que fue determinante el III Congreso celebrado en Abarán el 23 de abril de 1989. A raíz de éste último, se solicitó al obispo diocesano la creación de este secretariado como un organismo de servicio técnico, jurídico y pastoral de fomento, animación y colaboración, cuyo campo de acción abarcaría a todas las hermandades y cofradías, así como a los cabildos y juntas centrales erigidos canónicamente en la Diócesis de Cartagena.

La importancia de estas asociaciones públicas de fieles tanto a nivel cuantitativo como cualitativo dio lugar, por Decreto de erección de 7 de mayo de 2010 (Ref. Salida nº 170/10), a que el Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías pasara a constituirse como Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías; un organismo de servicio que depende directamente del obispo de Cartagena.

La misión de la delegación se concreta en varios puntos:

  • Colaborar con el obispo diocesano en el estudio, animación, promoción y coordinación de la acción pastoral y evangelizadora en el ámbito de las agrupaciones parroquiales y asociaciones de fieles, tanto públicas como privadas -en particular, las hermandades y cofradías-, así como las confederaciones de asociaciones de fieles que la autoridad eclesiástica establezca en la Diócesis.
  • Conocer, por delegación, cuantos asuntos sean competencia del ordinario relativos a las asociaciones de fieles descritas.
  • Asesorar al obispo diocesano, emitir informes y pronunciarse sobre los asuntos relacionados con las hermandades y cofradías de la Diócesis.
  • Promover la participación de todas las entidades vinculadas en la acción pastoral diocesana.
  • Cooperar con las juntas de gobierno de las hermandades y cofradías en todas aquellas iniciativas que promuevan la dimensión evangelizadora, apostólica y caritativa de los cofrades, para el fomento y acompañamiento de un laicado cristiano maduro.
  • Asesorar en los planes de formación y acción apostólica y en la organización de los cultos y convivencias de estas agrupaciones, proporcionando las ayudas necesarias.
  • Informar sobre asuntos de naturaleza canónica, litúrgica, artística o técnica relacionadas con la creación, actividad o supresión de las hermandades y cofradías.
  • Promover la designación de los responsables del área pastoral de las entidades vinculadas correspondientes a las distintas zonas pastorales de la Diócesis (los sacerdotes responsables de las hermandades y cofradías de las distintas vicarías).
  • Impulsar y orientar la pastoral juvenil dentro de las hermandades y cofradías, salvaguardando la unidad de las mismas.
  • Apoyar todas aquellas iniciativas que surjan en el seno de las asociaciones de fieles, para que la palabra de Dios sea acogida de manera viva, fecunda y testimonial.
  • Sugerir a la autoridad diocesana cuanto pueda ser de ayuda para la adecuada renovación e impulso de la acción pastoral en el ámbito de las asociaciones de fieles, así como proponer las comunicaciones y orientaciones necesarias para esta finalidad.
  • Impulsar el sentido de pertenencia a la Diócesis de los miembros de las asociaciones de fieles, cuidando especialmente que las funciones y tareas que se realicen ayuden a vivir en comunión con la Iglesia universal.
  • Fortalecer la comunión eclesial entre todos los cabildos y juntas locales, hermandades, cofradías y agrupaciones parroquiales, y entre éstas y las correspondientes parroquias, áreas pastorales, organismos e instituciones diocesanas, participando activamente en cuantos encuentros, solemnidades y actos celebre la iglesia diocesana.
  • Fomentar la formación integral, permanente y específica de los miembros de la delegación, cabildos y juntas locales, hermandades, cofradías y agrupaciones parroquiales, de acuerdo con las pautas formativas de la Diócesis.

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